domingo, 16 de mayo de 2010

¿Qué podemos hacer?

Para esta simple pregunta con la que titulo mi entrada de hoy, obviamente existen miles de respuestas que, en apariencia, sólo pueden ver las personas que no han vivido un divorcio en "carne propia". Para la mujer que al casarse y empezar a tener hijos, ha decidido que la prioridad era atender a su familia (esposo e hijos), no es tan fácil encontrar respuestas a la "trivial" pregunta de qué podemos hacer. Estando en esta situación tan angustiante, representada por el divorcio y el desempleo, las mujeres sentimos que el mundo se nos viene encima, que todas las puertas que llevan al campo laboral, están cerradas, que es imposible hacer frente a la crianza de los hijos sin la ayuda del marido. A pesar de encontrarnos en la era de la comunicación y del avance tecnológico, pareciera que las cosas siguen como a inicios del siglo XIX cuando la mujer tenía que hacer de cuenta que no pasaba nada, y tragarse los sinsabores de la infidelidad, del maltrato físico y emocional de que era objeto, simplemente porque no tenía acceso a los medios económicos que le permitieran afrontar su propia subsistencia y la de sus hijos. En aquellas épocas divorciarse, estaba permitido para las mujeres que tenían una dote paterna jugosa, que le permitiría subsistir y brindar a sus hijos el alimento, el vestido, salud y educación que necesitaran. A las hijas mujeres se les privaba de estudiar, porque ese dinero había que invertirlo en los hijos hombres, ya que ellos serían el sostén de su propia familia, en cuanto fueran adultos. En cambio las niñas eran educadas para casarse, tener hijos y ser el "pilar" de su hogar. Nuestras madres y abuelas solían decirnos " Hija, detrás de un gran hombre hay una gran mujer". Por supuesto, "gran mujer" porque callaba sometiéndose al engaño, al maltrato, a las humillaciones, de parte de su esposo. Sin embargo con el correr de los años, esto ha cambiado para bien de todos. ¿en qué sentido para bien de todos?. En primer lugar porque la mujer se ha independizado económicamente del hombre y por lo tanto puede afrontar la crianza de sus hijos. En segundo lugar se ha "beneficiado" el hombre porque así ya no tiene la obligación de mantener a la mujer que le ha dedicado buena parte de su vida en atenderlo. Y se han beneficiado los hijos porque ahora pueden contar con las entregas económicas tanto de papá como de mamá.
Todo esto es pan comido, para quienes hemos nacido en el s. XX. Sin embargo divorciarse sigue siendo un problema para la mujer. La sociedad latinoamericana, sigue con las ideologías machistas, por lo tanto la mujer aún vive relegada. Las que hemos obtenido un título técnico o universitario, tal vez corremos con mejor suerte que aquellas que no han podido hacerlo, sin importar las causas de esa carencia. Sin embargo tanto las profesionistas, las que tienen algún oficio o las que no tienen "papeles" que las respalden, en cuanto tienen en sus manos el "papel" que las convierte en dicorciadas caen todas en la misma bolsa: la del desempleo, desprotección, desorganización de sus estructuras sociales y familiares, incluso desorganización mental por la angustia que le provoca el no saber cómo o con qué enfrentar su vida y la de sus hijos, si éstos son menores de edad.
Pero no todo es un pozo profundo del que no se puede salir, chicas, mujeres, congéneres, TENEMOS muchas opciones, si nos unimos podemos generar fuentes de trabajo y salir adelante, sin depender de los señores adúlteros e infieles. Demostrémosles que somos capaces, muchas antes que nosotras han sabido hacerlo ¿porqué tú que me lees o yo que escribo, no podremos?
¡quítate la venda de los ojos! ¡sacude la tristeza y la depresión! ¡anímate! no importa la edad que tengas, si estás separada o divorciada, si necesitas generar ingresos económicos para atender a tus hijos, si necesitas generar alegría para tu vida y la de tus hijos, si necesitas tener optimismo y ganas de salir de tu cama cada amanecer para enfrentar tu día y el de tus hijos, comparte tus ideas, participa en este blog, deja tu comentario, todo es bienvenido. Somos capaces y podemos.
Un abrazo fraterno y mi sonrisa para ti, que eres un ser especial. Te espero.

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